El olfato es un sentido clave en la atracción y la respuesta sexual, pero suele ser ignorado o incluso suprimido en nuestra cultura, donde la industria cosmética ha impuesto estándares de asepsia y fragancias artificiales. Sin embargo, en un reciente artículo de El País donde fue entrevistada nuestra directora, la médica y sexóloga Constanza Bartolucci (junto a otros profesionales), se muestra la relación profunda entre el olor corporal y el deseo.

“El sentido del olfato tiene conexión directa con las estructuras cerebrales y está vinculado con el procesamiento de las emociones y la motivación sexual”, señala Constanza. Los estudios respaldan esta idea: las personas que dan más importancia al olor y se permiten oler su propio cuerpo tienden a experimentar un mayor deseo sexual. La sensibilidad olfativa no solo potencia la excitación, sino que también permite una conexión más íntima con la pareja.

En su práctica clínica, Constanza ha escuchado testimonios que reflejan esta conexión: pacientes que identifican el olor de su pareja cuando está excitada o que encuentran en el aroma corporal una fuente de placer y deseo. Esto nos invita a reflexionar sobre el impacto que tienen los desodorantes y fragancias comerciales en nuestra vida erótica. ¿Podrían estar limitando nuestra percepción del deseo y la atracción?

Si bien la higiene es importante, la sexualidad también se nutre de la autenticidad y la conexión sensorial. Tal vez sea momento de repensar nuestra relación con los olores naturales y reconocer su papel en el placer y la intimidad.

Si quieres leer el artículo completo, puedes encontrarlo en la web de El País en https://elpais.com/estilo-de-vida/2025-03-11/sexo-y-olfato-estan-los-desodorantes-arruinando-nuestra-vida-sexual.html