El momento en que se devela un abuso sexual es extremadamente delicado y crucial, y nuestras acciones en este punto pueden tener un gran impacto, aún más si esto sucede en la etapa de la niñez o adolescencia. Para ofrecer una guía sobre cómo proceder, compartimos algunas directrices clave propuestas en la “Guía para prevenir la victimización secundaria de niños, niñas y adolescentes víctimas de delitos en la red de protección, Ley n°21.057”, creada por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de Chile junto a UNICEF. Esta guía proporciona pasos claros para asegurar que la respuesta sea empática, protectora y adecuada, minimizando el riesgo de victimización secundaria (la reexperimentación del trauma debido a la falta de sensibilidad o mal manejo del caso por parte de quienes debieran brindar apoyo).

  • Acoger y escuchar al niño, niña o adolescente en función de su edad, etapa del desarrollo y estado emocional.
  • Transmitir confianza, tranquilidad y seguridad, otorgando un trato digno y respetuoso, actuando serenamente y evitando mostrarse afectada/o.
  • Expresarle claramente su apoyo y señalarle que se tomarán medidas para su protección y seguridad personal.
  • Resguardar la intimidad y privacidad del niño, niña o adolescente y asegurar la confidencialidad de la información que está proporcionando, trasladándole hasta un lugar reservado e informándole que la conversación será privada y personal, pero que se buscará ayuda con otras personas para protegerla/o.
  • Disminuir al mínimo la cantidad de personas o integrantes de la institución que se comunican con el niño, niña o adolescente, debiendo informar solo a las autoridades especialmente encargadas de recibir esta información, para posteriormente hacer la denuncia correspondiente.
  • Escuchar con atención, sin presionar, ni interrumpir su relato, respetando su silencio y ritmo para contar su experiencia, sin exigir información o sugerir respuestas ni cuestionar lo que está relatando.
  • No preguntar detalles de lo sucedido para obtener más información sobre los hechos o los participantes ni solicitar al niño, niña o adolescente que muestre sus lesiones o evidencia (por ejemplo, conversaciones en redes sociales), ya que eso le compete a los organismos policiales y judiciales.
  • No cuestionar, criticar, hacer juicios o responsabilizar a la víctima por lo que está relatando. Evitar realizar comentarios sobre la familia y/o presuntos partícipes.
  • No avergonzar al niño, niña o adolescente por un mal comportamiento.
  • Señalar las acciones a seguir, explicando tranquila y claramente los pasos que vienen a continuación.
  • Dar respuestas claras y específicas que brinden seguridad y tranquilidad al niño, niña o adolescente, siendo sincera/o en todo momento. No hacer promesas.
  • Agradecer el acto de confianza y dejar abierta la posibilidad de hablar en otro momento, sólo si él o ella así lo quiere.

Enfrentar esta revelación requiere sensibilidad, comprensión y una respuesta bien informada. La guía nos brinda herramientas esenciales para manejar estas situaciones de manera que prioricen el bienestar y la seguridad de las víctimas. Recordemos que nuestra primera reacción puede influir significativamente en su proceso de recuperación. Descarga la guía completa para tener acceso a todas las recomendaciones y procedimientos necesarios para actuar adecuadamente en estos casos tan delicados.

Puedes descargar la Guía en la sección recursos de nuestra página web, o directamente aquí.

Fuente: Guía para prevenir la victimización secundaria de niños, niñas y adolescentes víctimas de delitos en la red de protección (Ley N°21.057) © Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF & Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Chile (2024).