Escrito por Magdalena Rivera. Médica Sexóloga. Autista. Directora de la Escuela Transdisciplinaria de Sexualidad.
En los últimos años conceptos como neurodiversidad y neurodivergencias han comenzado a ser utilizados con más frecuencia invitando a mirar aspectos que no han sido incorporados tradicionalmente en las atenciones de salud, incluyendo la sexología. Actualmente, si se quiere hacer una atención integral, actualizada en el conocimiento científico y respetuosa de los derechos sexuales, el paradigma de la neurodiversidad es algo a incorporar.
El concepto de neurodiversidad fue creado en el año 1998 por Judy Singer (1). Nick Walker plantea que “la neurodiversidad es la diversidad de las mentes humanas, la variación infinita en el funcionamiento neurocognitivo dentro de nuestra especie” (3). No sería un rasgo de un individuo, sino que es la variabilidad grupal de la especie, lo que hace que no se podría hablar de una persona neurodiversa.
Desde esta mirada es que nace el paradigma de la neurodiversidad que plantea que esta diversidad es una forma valiosa y parte de la naturaleza humana (2): “No existe un tipo de cerebro -normal- o -mejor- que otro, no hay un tipo de funcionamiento neurocognitivo correcto” (1).
El paradigma de la neurodiversidad, según lo plantea Nick Walker, se articula en tres principios:
1- La Neurodiversidad (diversidad entre mentes) es una forma natural, saludable y valiosa de diversidad humana.
2- No existe un estilo de mente humana “normal” o “correcta”.
3- Las dinámicas sociales que se manifiestan con respecto a la neurodiversidad son similares a las dinámicas sociales que se manifiestan con respecto a otras formas de diversidad humana (por ejemplo, diversidad de raza, cultura, género u orientación sexual). Estas dinámicas incluyen las de las relaciones sociales de poder: la dinámica de la desigualdad social, el privilegio y la opresión, así como la dinámica mediante la cual la diversidad, cuando se acepta, actúa como una fuente de potencial creativo dentro de un grupo o sociedad. (3)
Este planteamiento se hace realizando un contraste a lo que sería el paradigma médico de la patología donde existiría un cierto cerebro “normal”. Un punto relevante que plantea Nick Walker en su libro es que el privilegio que surge de una desigualdad social donde el grupo dominante está tan establecido como el “normal” (que ni siquiera tiene etiqueta) se hace más difícil de desafiar. (3)
Este paradigma de la neurodiversidad proporciona la base para el movimiento de la neurodiversidad que va en la búsqueda del respeto, igualdad de derechos civiles y plena inclusión social de las personas neurodivergentes. (2)
“Neurodivergente significa tener una mente que funciona de maneras que divergen significativamente de los estándares sociales dominantes de lo -normal” (2). Los términos neurodivergente y neurodivergencia fueron creados en el año 2000 por Kassiane Asasumasu, una activista de la neurodiversidad. (2)
Dentro del paraguas neurodivergente existe una gran diversidad de situaciones en que el funcionamiento se aleja de la forma “esperada” y “normada” socialmente: “Algunas formas de neurodivergencia innata o en gran medida innata, como el autismo, son factores intrínsecos y omnipresentes en la psique, la personalidad y la forma fundamental de relación con el mundo de un individuo. El paradigma de la neurodiversidad rechaza la patologización de tales formas de neurodivergencia, y el Movimiento por la Neurodiversidad se opone a los intentos de deshacerse de ellas.” (2)
Mientras que “Otras formas de neurodivergencia, como la epilepsia o los efectos de lesiones cerebrales traumáticas, podrían eliminarse de un individuo sin borrar aspectos fundamentales de su personalidad y, en muchos casos, el individuo estaría feliz de deshacerse de tales formas de neurodivergencia. El paradigma de la neurodiversidad no rechaza la patologización de estas formas de neurodivergencia, y el Movimiento por la Neurodiversidad no se opone a los intentos consensuales de curarlas (pero aún así definitivamente se opone a la discriminación contra las personas que las padecen).” (2)
Un paradigma de la neurodiversidad no va a minimizar las necesidades de la persona ni sus dificultades, sino que la discriminación que se hace a quienes son diferentes. Además, parte importante de lo que genera las dificultades en la vida de las personas neurodivergentes tiene que ver con un entorno que no considera sus necesidades, las violenta y excluye.
La sexología se crea y desarrolla en contextos en que aún no era considerada la neurodiversidad humana, tomando aportes principalmente de la psicología y la medicina que tampoco la habían integrado. No considerar la neurodiversidad humana ha generado varios “puntos ciegos” en la sexología que implican que muchas necesidades de las personas neurodivergentes, en relación con la salud sexual, no sean abordadas o lo sean de manera insuficiente.
Como toda disciplina la actualización constante es necesaria, no solo incorporando los nuevos avances científicos, sino que también los cambios sociales y el desarrollo de nuevos paradigmas. En este momento se hace fundamental considerar la neurodiversidad humana en la sexología ya que las distintas formas de funcionamiento de la mente humana tienen una gran injerencia en cómo se va a vivir la sexualidad.
Estamos en momentos iniciales de la incorporación de las neurodivergencias en la sexología y de la mirada de la sexualidad desde el paradigma de la neurodiversidad. Los estudios sobre el tema son aún escasos y lamentablemente muchos aún desde una mirada patologizante. Considerando este desarrollo aún incipiente comparto una lista, no acabada ni que pretende ser exhaustiva. Asumiendo que es incompleta y necesaria de perfeccionar, pero puede servir para comenzar a incorporar el tema.
Algunos de los aspectos a considerar de la neurodiversidad humana y las neurodivergencias que son relevantes para la sexología:
- Los modos diversos de comunicación y vinculación social.
- Las diversidades de procesamiento de la información sensorial, es decir la proveniente de los sentidos, lo que tiene implicancias tanto eróticas como vinculares. (5, 6)
- La construcción de la identidad de la persona, lo que incluye la identidad de género. (7)
- La orientación sexual. Los estudios existentes han relacionado mayor frecuencia de orientaciones no heterosexuales en personas autistas. (4, 5)
- La posibilidad de acceder o no a espacios de socialización que permitan la generación de vínculos tanto afectivos como eróticos, ya sea amistades, pareja u otras formas de vinculación. Actualmente no es frecuente encontrar entornos que permitan la integración de personas neurodivergentes considerando sus necesidades sensoriales, de comunicación u otras. (4, 5)
- En el mayor riesgo de ser víctima de violencia sexual y otros tipos de violencia interpersonal que tienen las personas neurodivergentes (7). Esto es debido a un contexto social que facilita la mayor victimización de quienes son diferentes.
- Las mayores barreras de acceso a aprender de sexualidad tanto en espacios formales como informales que tienen las personas neurodivergentes. La educación sexual a nivel formal, si es que se realiza, no suele estar pensada para integrar la neurodiversidad, pudiendo no ser adecuada para muchas personas neurodivergentes ya sea en contenido, metodología, entorno en que se realiza, entre otras. Mientras que las dificultades que existen para la interacción social, por contextos que no consideran la neurodiversidad, limitan las posibilidades de aprendizaje informal de personas neurodivergentes. (4, 5)
Incorporar el paradigma de la neurodiversidad y las necesidades específicas de personas neurodivergentes, tanto en la atención clínica en sexología como en la educación sexual, es fundamental si queremos que esté actualizada a las necesidades actuales y en una línea de respeto a los Derechos Humanos.
Referencias:
1- Reaño, Ernesto. “¿Qué es el autismo?: Reflexiones desde el Paradigma de la Neurodiversidad”. Edición de Kindle. 2023.
2- Walker, Nick. Artículo publicado en la web https://neuroqueer.com/neurodiversity-terms-and-definitions/
3- Walker, Nick. Libro “Neuroqueer Heresies”. Autonomous Press. 2021.
Las siguientes referencias no consideran necesariamente un paradigma de la neurodiversidad. Las he usado para obtener algunos datos concretos debido a que aun es muy poca la investigación del tema en general y aun menos desde un paradigma de neurodiversidad. Sugiero mirarlas con espíritu aún más crítico del habitual si deciden leerlas.
4- Maggio MG, Calatozzo P, Cerasa A, Pioggia G, Quartarone A, Calabrò RS. Sex and Sexuality in Autism Spectrum Disorders: A Scoping Review on a Neglected but Fundamental Issue. Brain Sci. 2022 Oct 24;12(11):1427.
5- Solomon D, Pantalone DW, Faja S. Autism and Adult Sex Education: A Literature Review using the Information-Motivation-Behavioral Skills Framework. Sex Disabil. 2019 Sep;37(3):339-351. doi: 10.1007/s11195-019-09591-6. Epub 2019 Aug 12. PMID: 33311815; PMCID: PMC7728167.
6- Autistic Narratives of Sensory Features, Sexuality, and Relationships Sarah Gray, OTD, OTR/L,1 Anne V. Kirby, PhD, OTR/L,1 and Laura Graham Holmes, PhD2-AUTISM IN ADULTHOOD. Volume 3, Number 3, 2021 ª Mary Ann Liebert, Inc
7- Young S, Cocallis K. A Systematic Review of the Relationship Between Neurodiversity and Psychosexual Functioning in Individuals with Autism Spectrum Disorder (ASD) or Attention-Deficit/Hyperactivity Disorder (ADHD). Neuropsychiatr Dis Treat. 2023 Jun 2;19:1379-1395.