Estamos muy felices y agradecidos de haber podido participar de la creación del libro “100 preguntas sobre sexualidad adolescente” (que puedes descargar aquí).
Este proyecto, gestionado por el programa Santiago Sano de la Municipalidad de Santiago, aborda diversas temáticas relevantes sobre sexualidad en adolescentes a modo de preguntas y respuestas, acompañando dicho contenido con didácticas y esclarecedoras imágenes que le suman atractivo a esta bella obra.
El principal valor de este libro es que proviene desde los adolescentes*: las preguntas formuladas, la aprobación de las respuestas dadas por expertos, e incluso la elección del ilustrador y del estilo del libro son producto de su voz. Así, viene a ser una obra que visibiliza su mirada, generando un producto desde y para ellos mismos que educa y entretiene.
En un país donde la educación sexual sigue siendo un tabú, especialmente la dirigida a adolescentes, este libro ha generado una interesante discusión sobre qué tipos de contenidos, y abordados de qué manera, han de ser los más pertinentes para educar en sexualidad a personas en esta etapa de la vida.
Parte importante de las críticas realizadas provienen desde una visión que invisibiliza el interés que tienen los adolescentes de saber más -y mejor- sobre estas temáticas, o que teme que al hablar de sexualidad con ellos se les incite a realizar ciertas prácticas que de otra forma no llevarían a cabo.
Sin embargo, al ser preguntas realizadas y seleccionadas por los propios adolescentes, se trata de dudas que ellos sí se plantean. De esta manera, si no somos capaces de acogerlas, darles la importancia que ameritan y responderlas desde una mirada ética de derechos sexuales y basada en el conocimiento científico; dejamos las puertas abiertas para que sean respondidas a la suerte de lo que encuentren por internet desde fuentes no necesariamente serias ni confiables.
La educación sexual -al contrario de lo que piensan algunos- no adelanta el inicio de la actividad sexual, sino que esta se mantiene o incluso se retrasa. El conocimiento sobre sexualidad promueve la realización de prácticas más seguras y placenteras; que en situaciones de desconocimiento se harían con mayores riesgos en vez de no ejecutarse, como plantean aquellos contrarios a la educación sexual.
Es por esto que aplaudimos una iniciativa como la generada por la Municipalidad de Santiago, pues de manera orgánica y valiente abordan esta temática en una sociedad se resiste a aceptarla.
Si bien este libro es un gran aporte, no reemplaza la educación sexual en otros espacios y/o bajo otras metodologías; siendo por tanto un excelente complemento para instancias de educación en los colegios, en el hogar, y/o en iniciativas de aprendizaje en general.
*Para facilitar la lectura a lo largo del texto, hemos utilizado la forma masculina “los adolescentes/ellos” dado que es la manera genérica usual -en el español- de referirse a un grupo de diversos géneros, no sólo masculino. Aún así, preferimos realizar esta aclaración para manifestar que con esta forma genérica masculina nos estamos refiriendo a todas las otras posibilidades de género existentes. Por otro lado, el hablar de “los/las” perpetúa la mantención del binarismo de género, y la utilización de otras opciones gráficas como les, l@s o lxs, no son comprendidas por todos los lectores.